El pasado 28 de febrero del año en curso la compañía
MONSANTO promovió un incidente de recusación en contra del Magistrado Jaime
Manuel Marroquín Zaleta, titular del Segundo Tribunal Unitario en Materia
Civil y Administrativa del Primer Circuito. Este incidente tiene por
objeto retirar al juzgador del juicio del maíz. La finalidad es que no sea el Magistrado Marroquín quien emita el fallo sobre el recurso de apelación, promovido en contra del desechamiento de la demanda de acción colectiva en vía difusa, presentada por 53 personas y organizaciones en defensa del maíz criollo y en contra de la siembra de maíz genéticamente modificado (OGM).
objeto retirar al juzgador del juicio del maíz. La finalidad es que no sea el Magistrado Marroquín quien emita el fallo sobre el recurso de apelación, promovido en contra del desechamiento de la demanda de acción colectiva en vía difusa, presentada por 53 personas y organizaciones en defensa del maíz criollo y en contra de la siembra de maíz genéticamente modificado (OGM).
MONSANTO acusa al juzgador de haber emitido su opinión sobre
el fondo del asunto antes de dictar sentencia. Imputa al Magistrado que actúa
de manera parcial y favorece, a través de sus fallos, a la colectividad
actora en juicio. Es decir, la trasnacional pone en entredicho la ética
profesional y la probidad del agente judicial, informó René Sánchez Galindo,
Director de Colectivas A.C, organización encargada de la defensa legal del
asunto.
A Monsanto le sale el "tiro por la culata", espetó
Galindo, al afirmar que una acusación contra un magistrado federal, de una
empresa trasnacional que ha sido mundialmente cuestionada por mentir a la población
con publicidad engañosa y ocultar información sobre los daños que sus productos causan, y cuyos empleados ocupan altos cargos en gobiernos del globo;
es tanto como otorgar una medalla al mérito del magistrado, "No se vendió,
no fue contratado por la trasnacional y por eso hoy lo acusan".
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