Ciudad de México ,6 de diciembre del 2014
Por Antonia Canuta
Foto: Oso |
“La
herencia de Villa y Zapata ha sido traicionada” exclamaba públicamente una
luchadora social de Atenco bajo el Monumento a la Revolución al finalizar la
marcha en conmemoración al centenario de la entrada de los ejércitos de Villa y
Zapata. Y es que la constitución de 1917, claramente marcada por las
demandas de estos dos enigmáticos líderes ha quedado reducida casi a la
nada. Durante los últimos treinta años y a manos de los gobiernos del PRI
y el PAN, la ley se ha utilizado como un medio para facilitar el despojo de las
tierras y los recursos naturales a la nación mexicana. Las reformas al
artículo 27 de la carta magna, la firma del Tratado de Libre Comercio de
América del norte (TLCAN), la reforma energética, y la ley minera han
dificultado y en algunos casos privado a muchos campesinos su derecho a poder
trabajar la tierra. “Hoy México le tiene que comprar al mundo toda la
alimentación: el maíz a los gringos, la fruta a Venezuela, Colombia...” explicaba Miguel
Orendain, representante estatal de UNORCA en Ciudad de México. “Porque es
negocio para ciertos gobernantes que ya pasaron por el gobierno”,
continuaba. La presión que ejercen las grandes empresas alimenticias
sobre los precios hacen casi imposible a los pequeños agricultores el ganarse
la vida cultivando la tierra.
A cien años de la entrada de las tropas de Villa y Zapata a la capital de México, miles de personas y decenas de organizaciones marcharon desde el Monumento a la Independencia hasta la Plaza de la República el pasado seis de diciembre. Miles de campesinos provenientes de distintos estados del país se manifestaron en pequeños contingentes encabezados por una gran pancarta de la Unión Nacional de Organizaciones Regionales Campesinas Autónomas (UNORCA) que rogaba: “El tiempo tienen en todo el tiempo el inalienable derecho de modificar la reforma de su gobierno”. Consignas por el derecho al agua y a la tierra, y cientos letreros en contra de la reforma energética, los megaproyectos y las expropiaciones de la tierra eran portados los campesinos. Decenas de luchas en contra de los "proyectos de muerte" estaban presentes en la marcha como Atoluca contra la minería, una delegación desde la sierra norte de Puebla; el Movimiento Mexicano de Afectados por represas en defensa de los rios (MAPDER) tambien marcho, estuvieron delegaciones deJalisco con Temacapulin, Amatlan de los reyes, Veracruz afectados por la presa el Naranjal , desde la costa de Oaxaca el Copudever y muchas otras provenientes de diversos estados que se encuentran en la defensa de sus territorios.
Conmemorando los cien años de la convención de
Aguascalientes, el Pacto de Xochimilco y la toma de la Ciudad de México por los
ejércitos de Villa y Zapata, múltiples organizaciones convocaron las Jornadas
por la defensa de la tierra, el agua, la vida y la memoria, que se
celebraron entre el 24 y el 28 en la ciudad capitalina y que concluyeron con la
marcha del día seis. En ellas se discutió
la relación de los proyectos políticos de Villa y Zapata con las luchas
sociales actuales y se redactó una declaración que fue leída al finalizar la
marcha bajo el Monumento a la Revolución.
“Queremos seguir siendo campesinos y campesinas y no nos
vamos a rendir”, sentenciaba la luchadora social de Atenco sobre el estrado
instalado en motivo a la marcha.
“Queremos un México donde no entreguen a los extranjeros nuestra riqueza
natural, donde no haya presidentes corruptos que controlen megaproyectos”,
continuaba. La compañera transmitió a
los miles de manifestantes que se encontraban en la Plaza de la República el
texto redactado en a lo largo de las jornadas.
En él se plasman varios puntos que contienen demandas en relación al
derecho a la soberanía nacional, la defensa del territorio y la propiedad
social de la tierra, el trabajo digno; la salud, la vivienda o la educación, el
buen desarrollo urbano y los derechos sociales.
Foto: Larissa Hdez |
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