Por Ignacio Cirio*
Menos de 24 horas después de ser
el único país sudamericano que no accediera a la ronda de octavos de final en
la Copa Mundial de Fútbol 2014 en Brasil, Ecuador –secundado por Sudáfrica- se
anotó un “maracanazo” diplomático al verse aprobada, en el marco del 26vo.
Período de sesiones del Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas, la
creación de un grupo intergubernamental que elaborará una propuesta de tratado
vinculante que obligue a las empresas trasnacionales (ETN) al cumplimiento de
los principios Derechos Humanos, Económicos, Sociales y Culturales en los
países en que radiquen sus inversiones.
La
decisión, que contó con la férrea oposición de los países o regiones con mayor
presencia de ETN –Estados Unidos (EEUU) y la Unión Europea (UE) en primer
término- representa un giro de campana en cómo la comunidad internacional se
compromete con la defensa activa de los derechos elementales cuando los mismos
son violentados no ya en un conflicto armado o por un régimen plutócrata, tal
vez un dictadorzuelo de moda, sino por los detentores de las grifas que pueblan
el mundo real y también el virtual, habitualmente sazonadas con certificados de
“responsabilidad social empresarial”.
Para
aterrizarlo: en el actual nivel de la civilización globalizada, ¿la comunidad
internacional puede permanecer al margen de la apropiación de las fuentes de agua
de la empresa israelí Mekorot generando una crisis humanitaria en el menguado
territorio palestino donde se encuentran dichas vertientes? Si la
anglo-holandesa Shell contamina miles de hectáreas de tierra fértil y hasta
cinco metros de profundidad en Nigeria, volviéndola inutilizable para la
agricultura por no realizar las inversiones de clausura de sus pozos
petroleros, ¿puede permanecer impune y simplemente migrar sus inversiones y
aquí no pasó nada? Y en el caso uruguayo: ¿le es permitido a Phillip Morris
someter a Uruguay a una demanda usuraria cuando el estado asume medidas de
protección sanitaria de su población en el marco de los convenios antitabaco
que la misma comunidad internacional laudó dentro de la Organización Mundial de
la Salud?
La impunidad
de las trasnacionales…. ¿durará por siempre?
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Alineaciones
La
resolución, sometida a votación por Ecuador y Sudáfrica el jueves 26 de junio
en Ginebra, Suiza, fue el inesperadamente victorioso último paso de una extensa
y áspera negociación diplomática, que casi la hace naufragar. Presentada a la
discusión originariamente en noviembre de 2013, congregó la adhesión de más de
ochenta estados del Tercer Mundo, pero las diplomacias de Washington y Bruselas
fueron “podando” ese fervor inicial: mediante presiones verbales en el mejor de
los casos y chantajes que alcanzaban hasta amenazar con el retiro de algunas
inversiones norteamericanas o europeas de los países que la acompañaran.
Como
suele ocurrir en estos casos el enfrentamiento a la iniciativa del gobierno de
Rafael Correa –que ha decidido abortar su vinculación con el Centro Internacional para el Arreglo de Diferencias sobre
Inversiones (CIADI) del Banco Mundial y llevado a juicio a trasnacionales como
la petrolera Chevron-Texaco por el daño ambiental ocasionado en la Amazonía- se
dio mediante la creación de una propuesta “alternativa”, en este caso de
redacción noruega, pero que quitaba el carácter vinculante al mandato sobre el
cual los países que integren el grupo intergubernamental trabajen en los dos
próximos años.
Acompañaron la propuesta afirmativamente
Argelia, Benín, Burkina Faso, China, Congo, Costa de Marfil, Cuba, Etiopía,
India, Indonesia, Kazajistán, Kenia, Marruecos, Namibia, Pakistán, Filipinas,
la Federación Rusa, Sudáfrica, Venezuela y Vietnam, completando un total de 20
votos. Los catorce por la negativa fueron Austria, República Checa, Estonia,
Francia, Alemania, Irlanda, Italia, Japón, Montenegro, Corea del Sur, Rumania,
Reino Unidos y EEUU. La lista de las diez abstenciones es sorprendente, al
incluir prácticamente a todos los países latinoamericanos con presencia en el
CDH: Argentina, Botswana, Brasil, Chile, Costa Rica, Gabón, Kuwait, las
Maldivas, México, Perú, Arabia Saudita, Sierra Leona y los Emiratos Árabes
Unidos.
Algunos
discursos integradores parecen decolorarse cuando de enfrentarse a las
trasnacionales se trata, en América Latina y el Caribe. En tanto que Brasil se
aisló de sus parceiros de los BRICS y
Argentina hizo lo propio de este selecto grupo de economías emergentes, al cual
no oculta su afán de pertenecer.
La
alineación europea en contrario fue sin fisuras, a pesar de que el subcomité de
Derechos Humanos del Parlamento Europeo expresó públicamente el apoyo a una
normativa vinculante.
En movimiento y movilizados
A
diferencia de otras votaciones, la que refería a ETN y DDHH no pasó entre
bostezos de funcionarios y atildadas secretarias tomando notas
desapasionadamente en sus lap-tops.
Desde el
lunes 23, organizaciones de la sociedad civil –ambientalistas, sindicales, de
observatorios sobre trasnacionales, etc.- y representantes de comunidades
víctimas de las propias corporaciones trasnacionales hicieron presencia en
Ginebra. En el lobby y en la movilización.
La
convocatoria fue realizada por la campaña internacional “Desmantelando el Poder
Corporativo y la Impunidad” (www.stopcorporateimpunity.org)
que aglutina a cientos de organizaciones, articuladas asimismo en la “Alianza
del Tratado”, cuyo eje precisamente era lograr una resolución del CDH que diera
inicio a la discusión de un tratado o protocolo vinculante. Porque los ejemplos
de normativas voluntarias, entienden, ya han demostrado su ineficiencia a la
hora de controlar a los motores de la inversión global (ver recuadro).
Precisamente el 23 sesionó en el centro de
Ginebra el Tribunal Permanente de los Pueblos (TPP, ver aparte) con testimonios
de víctimas de las trasnacionales. Y la víspera de la votación se realizó un
piquete frente al Palacio de las Naciones Unidas reclamando a las delegaciones
gubernamentales comprometerse con la propuesta más abarcativa, que era la de
Ecuador-Sudáfrica.
“Esta es una resolución sobre víctimas”, celebróminutos
después de conocerse el resultado de la votación Luis Gallegos, experimentado
diplomático ecuatoriano y jefe de delegación ante el CDH. Agregó, duro, que en
la votación se refleja “quienes defienden los capitales y la banca antes que
los seres humanos, las víctimas”. Para Gallegos, el trabajo realizado por las
organizaciones civiles y la movilización del día previo, fueron cruciales si
bien no para evitar las oposiciones más recalcitrantes, para lograr algunas
abstenciones claves."Nosotros (los diplomáticos) cambiamos y nos cambian
pero ustedes son permanentes" dijo Gallegos a los representantes de las
organizaciones.
“No podemos tener una regulación sobre
trasnacionales en base a legislaciones nacionales de los estados. Son negocios
trasnacionales que superan los linderos. Todos los países que tenemos víctimas
de trasnacionales debemos unirnos para tener el derecho de resarcir a las
víctimas, de remediar la situación. Cuando de nosotros (los países del sur) se
trata, nos aplican las normas con carácter obligatorio, pero cuando de las
trasnacionales se trata, argumentan que los principios deben ser voluntarios.
Ya se acabó el régimen de voluntarios, necesitamos normas vinculantes,
obligatorias”.
Los integrantes de la campaña “Desmantelando el Poder
Corporativo y la Impunidad” celebraron la aprobación de la resolución, cuya
única certeza es la de garantizar un período de debate sobre la propuesta de
tratado vinculante.
“Nunca
vimos este tema como una alternativa jurídica, sino también como una
oportunidad integral y dialéctica para la presentación y construcción de las
alternativas que estamos construyendo”, señaló en ese contexto Brid Brennan,
del Transnational Institute de Holanda y referente de la campaña. La obtención
de una resolución aprobada como la de Ecuador “es un espacio donde desarrollar
nuevas alternativas y nuevas articulaciones de lucha”, añadió.
Lucia
Ortiz, de Amigos de la Tierra Internacional señaló que la campaña continuará
movilizándose e incidiendo en la construcción del Tratado, que las
organizaciones apellidan “de los Pueblos”. Un punto crucial es la difusión de
esta victoria trascendente que puede
romper la lógica de impunidad de las trasnacionales, para motivar nuevas
valoraciones políticas que marquen el rumbo a la campaña, lanzada en 2012
aunque en rigor es el acumulado de varias décadas de articulación, en su
próxima fase.
Dos años
de plazo parecen mucho, pero si se calibra el objetivo a alcanzar, pasarán
rápido. Los gobiernos que actúan como portavoces de sus empresas y las mismas
trasnacionales lo saben.
Una
periodista acreditada en NNUU, en tanto recogía declaraciones de los voceros de
la campaña adelantaba: “los veré muchas veces en los próximos años por aquí.
Las empresas ya han comenzado a presionar. Días atrás escribí una historia para
un periódico alemán con denuncias de trasnacionales…y me recortaron los
nombres. La presión será mucha”.
El reloj
ya está corriendo.
Ignacio Cirio (@nachocirio,
periodista, Radio Mundo Real, esta nota fue publicada por el semanario Brecha de Montevideo,
jueves 17 de julio 2014)
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