por Víctor Suárez[1]
Con la nueva administración tuvimos que el año pasado el PIB del sector agropecuario creció únicamente 0.6 por ciento, o sea nada. No hay crecimiento. No hay una reactivación económica en el campo. El decenio anterior el crecimiento de la actividad económica del campo era muy baja: 1.5, insuficiente. Pero era 1.5 %; el año pasado: 0.6 %. O sea nada. No hay ingresos, no hay empleo, no hay actividad económica en el campo. El campo está entonces en una etapa de decrecimiento y de degeneración en el terreno económico también. Y las expectativas de este año de crecimiento de la economía de 3.9% -y se supondría que también jalaría el crecimiento económico del campo- pues ya se están desinflando y ya las corredurías y bancos están hablando de 2.7-2.8%, al primer trimestre. No obstante sus reformas estructurales que pensaban ellos que iba a disparar la actividad económica.
Segunda característica de la nueva administración: son 15
meses de la nueva administración y no hay nada nuevo. Es lo mismo, es una
continuidad, una inercia. Hay un cambio discursivo en el programa sectorial que
se publicó en diciembre del año pasado, en donde hablan –entre otras cosas
positivas- que va a aumentar la producción para disminuir las importaciones y
la producción va a subir del 58 al 75 por ciento para que las importaciones
disminuyan del 42 al 25 por ciento. Establece una meta de crecimiento del comercio,
de la exportación, y de la disminución
de la importación para tener un equilibrio en la balanza comercial
agro-alimentaria y establece una meta de crecimiento sectorial de 3 por ciento
anual. Lo dice pero no dice ni cómo ni cuándo. Entonces hasta ahí quedó ese
programa sectorial.
¿Cómo es posible que en 15 meses no ha hecho nada? Pero el 6
de enero pasado en Boca del Río, en un acto del PRI-CNC, en conmemoración de la
promulgación de la ley del 6 de enero de 1915, el presidente Peña Nieto anuncia
una gran reforma para el campo, una reforma de gran calado. Entonces, cuando
anuncia esa gran reforma para el campo no habiendo hecho nada en 15 meses y sí
viendo qué hizo con las llamadas reformas
o contra-reformas estructurales del año pasado, con el apoyo del Pacto
por México (la reforma laboral, la reforma educativa, la reforma de
telecomunicaciones, la reforma fiscal y la reforma energética) pues no
solamente nos preocupamos sino, nos
ponemos a temblar. Y bueno, ¿cuál es el contexto de estas reformas para el
campo?
El contexto general es que la etapa actual del capitalismo
trasnacional –en esta fase neoliberal- está a nivel mundial –no es México la
excepción- en la lógica de la recuperación de la caída de las ganancias y de
cómo salir de la crisis de productividad en Estados Unidos, en la Unión
Europea, en Japón –a nivel de los países desarrollados-. [El capitalismo
trasnacional] está recurriendo a formas de acumulación que se creían superadas
en la historia del capital, como es –digamos- lo que se ha llamado la
desposesión de los recursos naturales de los países subordinados, los países de
tercer mundo. Y está recurriendo a nuevas formas de extractivismo, de despojo,
de destrucción de recursos para apoyar su proceso de recuperación de
productividad y de ganancia. Esa es una
lógica global del capital trasnacional y lo hemos visto cómo se ha dado en los
últimos años, en México también. Entonces, ¿qué podemos esperar de la reforma
para el campo? Hemos ubicado 5 amenazas de la reforma para el campo. No lo dicen
pero uno tiene capacidad analítica de ver las tendencias y las correlaciones de
fuerzas en este país y a nivel global. No lo dicen o si lo dicen, dicen lo
contrario. Hoy todavía se sigue afirmando que la reforma energética no
privatiza los recursos del petróleo y del gas. Hoy todavía –cuando ya se están
concesionando y licitando campos petroleros.
5 amenazas de la
reforma del campo
La primera amenaza: privatización
acelerada del ejido y la comunidad. Se quiere romper la propiedad social de
la tierra y la resistencia que se ha establecido frente a esta lógica de
desposesión y de despojo y de destrucción y de aprovechamiento de recursos
naturales. En los 20 años del artículo 27 constitucional –donde ya se abría
esta posibilidad de la privatización del ejido con unas ciertas reglas- la
superficie que ya se ha privatizado es mínima (playas, zonas periurbanas pero,
en general, no ha habido una lógica masiva de privatización). Ha habido
rentismo, se ha intensificado el rentismo, pero la privatización y la venta no.
Y entre otras cosas, ¿qué establece esta ley agraria? Pues mecanismos más
exigentes o duros para que se dé este proceso. ¿Qué quieren hacer con esta
reforma del campo? Hacer que los mecanismos de transición hacia la
privatización sean más laxos. Asambleas con primera convocatoria con 50 por
ciento más uno de los sujetos agrarios y en segunda convocatoria con los que
asistan de sujetos agrarios. Si no asiste el 50 por ciento más uno en la
segunda convocatoria, con que asista uno de los sujetos agrarios se puede tomar
la decisión de transformar el ejido en propiedad privada plena y también se
está incluyendo el área de uso común. No solamente las parcelas de trabajo de
cada ejidatario, de cada sujeto agrario. Hubo una declaración del Secretario de
Agricultura en este mismo sentido pero después en una reunión –por la presión
social de la movilización- el presidente Peña dijo que no se iba a tocar la
propiedad de la tierra -se iba a mantener sin tocar- pero eso obviamente no
tiene ninguna validez, ningún sentido de confianza puesto que vemos cuáles son
los contextos. Y ¿qué es lo que está atrás de esta reforma del campo? Porque si
quisieran hacer cosas a favor del campo y cambiar el modelo ya lo hubieran
hecho en 15 meses con la facultad, los recursos y las capacidades del Ejecutivo
Federal. ¿Por qué quieren reformas legales? Porque es ahí donde quieren lograr
lo que todavía no tienen y se les dificulta.
Segunda amenaza de la reforma del campo. Profundización del modelo de libre importación, monopolios y
dependencia alimentaria. No bastan 20 años de TLCAN: están en esa lógica de
profundizar el modelo. Se acaba de firmar la Alianza del Pacífico (Chile,
Colombia, Perú, México y ahora se va a sumar Panamá) pero eso es parte de una
estrategia de bloquear, de romper el esfuerzo de integración de los países
progresistas de Sudamérica, de romper la OMC –a pesar de todo, porque en la OMC
no hay consensos a favor de la agenda de las trasnacionales, está bloqueada,
está parada, entonces también quieren romper la hegemonía china o aislar a
China. Entonces van a poner el Tratado Transpacífico: el TPP. Entonces esa es
otra amenaza muy fuerte. Ya hay negociaciones secretas y va a haber
afectaciones no solamente a la agricultura, sino a la extensión de patentes en
productos farmacéuticos, va a haber extensión sobre controles de los
movimientos de documentos e información en internet. O sea, es el TLC-recargado. Y esa es la segunda
amenaza y sus impactos para el campo donde ya no digo qué van a significar las
importaciones de trigo de Australia, de lácteos de Nueva Zelandia, de café
robusta de Vietnam, de arroz de Vietnam y Tailandia. Y claro, dentro de todo
esto es más protección a las inversiones extranjeras en la lógica de reforzar
lo que está en el capítulo 11 del TLCAN que es el tema de expropiaciones
indirectas y que si nosotros logramos la suspensión definitiva de la siembra
comercial de maíz transgénico, al amparo del capítulo 11 del TLCAN y del TPP,
Monsanto puede demandar al gobierno mexicano por expropiación indirecta (porque
había previsto ganar en los siguientes 20 años tantos millones de dólares y por
esa decisión lograda por el movimiento social de este país, se considera como
una expropiación indirecta y el gobierno tiene que pagarle las ganancias
esperadas a Monsanto). Y ese tipo de derechos de las corporaciones se están
ampliando y profundizando en el TPP.
La tercera amenaza es la profundización
del modelo de agricultura industrial o lo que sería la etapa transgénica de la
revolución verde y de la dependencia de monopolios y del exterior en materia de
insumos. Ellos están decididos a autorizar la siembra de maíz transgénico,
de soya transgénica. Van en forma. Están por hacer una consulta fast-track
estos días: 5 científicos a favor/5 científicos en contra. No es un asunto de
que tengamos que confiarnos por los excelentes triunfos que hemos tenido en el
maíz y la soya. Pero ellos no se van a detener. Es el mismo modelo de
agricultura industrial, de agricultura de insumos, de agricultura de
trasnacionales y agricultura para el negocio de los insumos. No de la
producción agrícola en sí mismo. Lo que es el negocio son todos los insumos y
todo el manejo financiero. Y la profundización también de la sustitución de
fertilizantes químicos. Hoy la gran noticia es que se van a dejar de importar
la urea de Ucrania. Hoy importamos el 95 por ciento de la urea de Ucrania. La
gran cosa que anuncia Peña Nieto es que se va a producir la urea en México.
Pero es sobre la misma lógica. La urea que ya producíamos hace 30-40 años ahora
el gran avance en reforma para el campo es producir lo que ya teníamos antes.
Comprando una empresa quebrada de los Ancira en 400 millones dólares e
invirtiendo cientos de millones de dólares con gas amoniaco subsidiado de Pemex
para producir disque urea más barata. Es una empresa de Pemex, de PMI.
Entonces, esta es la profundización del modelo. No hay nada que reflexione
sobre un nuevo modelo de agricultura que considere mejor a los pequeños y
medianos productores, sistemas agroecológicos, cambio climático, menos emisión
de carbón. Pero entonces van en esa lógica de profundización de esa lógica del
modelo de agricultura industrial y la etapa transgénica de la revolución verde.
La cuarta amenaza –gigante amenaza- es la profundización del despojo y depredación de
recursos naturales. Hoy ya se ha elevado a 98 millones de hectáreas
concesionadas para empresas mineras. Hace unos meses estábamos entre 50 y 60
millones. Ahora ya estamos en 90 millones. Cincuenta por ciento del territorio
nacional ya está concesionado. Saben ustedes cómo está la intensificación de la
explotación minera a nivel mundial. Y saben ustedes que con la reforma
energética del año pasado entonces se va a sumar este boom, esta ola de despojo
de los territorios para la explotación
minera. Ahora lo vamos a ver más agudo con las concesiones para la explotación de petróleo y gas.
Todavía no están las leyes secundarias pero ya se están licitando campos. A
final de año ya vamos a ver campos licitados, asignados a empresas privadas y
trasnacionales. Esto va a intensificar el despojo sobre los territorios. En los
próximos años va a ser una guerra total para tomar los territorios. La reforma
energética del año pasado tuvo un transitorio metido por las empresas
canadienses -metido a las 4 am en el Senado- donde se autoriza que las empresas
concesionarias de minas tendrán la facultad también de llevar a cabo
exploración, perforación y explotación de petróleo y gas. Entonces esto va a
ser una intensificación. Y a lado de la explotación minera y ahora de la
explotación de petróleo y gas shale vía fractura hidráulica está también el despojo y la disputa del agua. Agua
para las explotaciones mineras, agua para la explotación vía fractura hidráulica
de mantos de lutita. Entonces esta es para mí el corazón de la reforma. Ya
tienen en sus manos el corazón del sistema agroalimentario mexicano (ya
importamos 42 por ciento). Ya tenemos la imposición del sistema
agroalimentario, comida chatarra, etc. Pero todavía hay resistencias. Las
resistencias campesinas-indígenas ahí están. Quieren quebrar las resistencias
por la vía de romper la propiedad social de la tierra y de los territorios para
que los que se enfrenten sean individuos y no comunidades a las empresas. Y
quieren modificar las leyes para favorecer las concesiones y los despojos y
romper la resistencia campesina.
Y la quinta amenaza es el debilitamiento de la resistencia social en el campo frente al despojo.
Como decía hoy Martín Solís, la única capacidad de frenar a las empresas ha
sido la organización y la resistencia al costo de muertes, de encarcelamientos,
de enfrentamientos muy severos. Pero la otra manera que quieren es debilitar la
resistencia social rompiendo el tejido social de la propiedad social de la
tierra y acrecentando los programas asistencialistas y las estrategias de
cooptación de organizaciones, de dirigentes y de organismos.
Estas son las 5 amenazas que están ahí en el anuncio de la
reforma del campo por Peña Nieto. Por eso yo digo que estamos viviendo una
situación de lo más peligrosa como lo que se vivió hace 22 años con Salinas de
Gortari que cambió el régimen de la propiedad social de la tierra con el art.
27 Constitucional, con el TLC y con el desmantelamiento de las entidades
gubernamentales. En 20 años - 22 años, no habíamos tenido una situación más
peligrosa para el campo y para el país de como lo estamos viviendo.
Agenda Campesina
Autosuficiencia
alimentaria con campesinas y campesinos y sustentabilidad y sin transgénicos ni
monopolios. Aquí en
sustentabilidad está el tema de transgénicos, tóxicos, etc.
Precios remunerativos y
certidumbre en la comercialización de las cosechas. Precios remunerativos: es para
todos, es una crisis general. No hay un sistema de precios que permita a los
productores tener una recuperación de costos de producción y una utilidad. Y
mientras eso no tengamos de nada sirven los subsidios. Y al contrario, los
subsidios son perjudiciales. La gente productora no quiere subsidios, quiere
vivir de su trabajo. Y su trabajo quiere decir: precios justos, precios
remunerativos. No precios de mercado, precios internacionales, no precios de
indiferencia. Precios remunerativos. Esa es una lucha central y certidumbre en
la comercialización. No hay certidumbre en la comercialización, no hay precios
remunerativos. Sin eso no hay viabilidad de una agricultura indígena y
campesina, ni soberanía alimentaria, ni estabilidad de precios, ni derecho a la
alimentación. Y precios remunerativos y certidumbre en la comercialización
también tiene que ver: reducción de costos de producción, costos de la energía,
costos de semilla. ¿Por qué seguimos comprando semillas? ¿Quién nos autoriza o
impone a seguir comprando semillas híbridas? Por qué no producir nuestras
semillas híbridas y seguimos mejorando nuestras semillas nativas. Nosotros lo
estamos haciendo: en lugar de comprar semillas a 3 mil pesos la bolsa, estamos
produciendo maíces sintéticos de rendimientos y condiciones equitativas o
similares a 750 pesos el bulto. Reducción de costos de energía, reducción de
costos de semilla y reducción de costo de fertilización. Sustitución de
fertilizantes químicos por otros métodos de nutrición.
Respeto a los derechos
de los campesinos y campesinas y pueblos indígenas a sus modos de producción, territorios, vida
y cultura. Tenemos
que recuperar la demanda zapatista de autonomía y derechos y de defensa. No
solamente de la propiedad y recursos. […]La mejor defensa es el ataque. Si los
recursos comunitarios están en manos campesinas indígenas utilizados por ellos
y para su beneficio en forma sustentable esa es la mejor manera de defender
porque no habrá nadie. Están los bosques comunitarios. Cuando una comunidad
maneja los bosques no se mete ni un maloso. […] Yo pienso que hay que ir
avanzando, no solamente esperar a que vengan las mineras para resistir. Están
los recursos ahí. ¿Para quién están los recursos? Para la gente. Si la gente no
se organiza y decide utilizar, apropiarse de los recursos para su beneficio en
una lógica comunitaria/bien colectivo/bien público/patrimonio colectivo con
sustentabilidad entonces vamos a seguir estando a la defensiva. El otro tema
que debemos retomar es el tema del fracking. Sobre todo en los estados del
norte: Chihuahua, Nuevo León, Coahuila, Tamaulipas, norte de Veracruz y norte
de Puebla. El fracking va a venir a muerte y eso es destrucción total de la
biodiversidad, acaparación de mantos acuíferos y destrucción de la comunidad.
Derecho a la seguridad
y a una vida buena para los pobladores del campo. No aceptar el tema de la
inseguridad como si fuera una cosa natural y que la gente viva como vive.
Entonces viene el tema de la exigibilidad de derechos económicos, sociales,
culturales y ambientales y donde está ahí el tema principal de derecho a la
alimentación.
Ciudadanía plena y
derecho a la organización autónoma de los productores y pobladores rurales […] Hoy tenemos el problema que
frente a la pobreza, la desigualdad, el rompimiento del tejido social, la
posibilidad de la cooptación y la fractura de los cañonazos del gobierno no nos
permiten avanzar en esta parte.
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